Entrevista

Lucía Moreno

Entrevista a Lucía Moreno

Lucía Moreno es una cantaora joven, natural de La Rambla, localidad enclavada en la campiña cordobesa.
Ha iniciado recientemente una carrera fulgurante en el mundo del cante flamenco. Con dedicación y humildad, va abriéndose camino por distintos tablaos de la provincia cordobesa y de otras partes de Andalucía.


1. Cuando te conocí en la Peña Flamenca de Curro de Utrera de La Guijarrosa, me llamó mucho la atención tu juventud y la calidad de tu cante. Por ello, dinos, Lucía, ¿cómo se llega a tener esa voz y capacidad de comprensión del flamenco de forma tan precoz?

En primer lugar, muchas gracias, Rafa. Estoy muy contenta de poder ser partícipe de esta entrevista.

Contestándote a la pregunta, pienso que mi voz es algo con lo que tuve la suerte de nacer. Sin embargo, eso no quiere decir que no tenga que trabajarla. Aunque hasta ahora no lo haya hecho de manera directa —me refiero a que no he recibido clases de técnica vocal como tal— he podido ir mejorando gracias a mi afición y mis ganas de progresar, pero sobre todo gracias a las oportunidades de las peñas y aficionados particulares que me han ido brindando mi sitio desde que comencé siendo una niña.

En cuanto a la capacidad de comprensión, siempre ha sido fácil para mí entender el flamenco. Quizá sea porque mi abuela era cantaora aficionada y lo llevo en la sangre. La comprensión del flamenco es algo innato para algunos, una curiosidad despierta que te lleva a sentir esto como si fuese una relación: mientras más tiempo pasas con el flamenco, más te agudiza en todos los sentidos.

En definitiva, el flamenco se convierte en nuestra forma de vida.
Aunque ya me gustaría conocer la comprensión del flamenco de los artistas de antes; sería bastante interesante.


2. Cantar y/o actuar en escenarios tan importantes debe requerir mucho trabajo previo. ¿Cuál es la rutina de una cantaora joven para alcanzar este nivel tan alto como el del que dispones, Lucía Moreno? ¿Cómo compaginas la preparación y formación en flamenco con la vida familiar y de amigos/as?

En cuanto a la primera pregunta, la rutina depende de la densidad de actuaciones que haya. Aunque para ser honesta, el flamenco es la rutina en sí. Cualquier momento es bueno para escuchar una letra y aprenderla, para cantar por fandangos o por bulerías, o incluso para entonar una saeta cuando no es la época.

En el ámbito más estricto —porque algunas experiencias que me van llegando así lo requieren— me gusta ser selecta con los cantes que elijo y de quién los elijo, amoldando mi repertorio a cada ocasión. Mi afición es algo natural, pero siempre, desde que empecé, ha habido algo dentro de mí que me ha llevado por el camino de la responsabilidad y de intentar dar al público lo mejor de mí.

En cuanto a compaginar el flamenco con mi familia y amigos, también lo llevo con bastante naturalidad. Pese a que en ocasiones no puedo asistir a los planes sociales como me gustaría, mi entorno lo entiende y respeta. Es más, me anima a aprovechar cada oportunidad que surge, por lo que no existe problema alguno.
Soy una chica muy familiar, así que todo el tiempo que pierdo por un lado intento recuperarlo por otro.


3. Lógicamente, una chica tan joven y con tanta proyección debe tener más o menos claras las metas a medio y largo plazo. Háblanos, Lucía, acerca de tus objetivos profesionales dentro del flamenco.

Muchas gracias, Rafa, por los elogios. Que tengo proyección es algo que ya me han dicho en alguna ocasión. Sin embargo, me gusta ser realista e ir día a día, pensando siempre con mucha afición y humildad sobre lo que hago, o mejor dicho, sobre lo que podría llegar a hacer.

Intento disfrutar y dar siempre lo mejor de mí, y aprovechar este regalo que Dios me ha dado. Me gustaría seguir la línea que he llevado hasta ahora: poder asistir a las actuaciones que me salgan —si Dios quiere— y mantener mi afición siempre grande y humilde, para beber de muchas fuentes y conservar la mía propia.

Actualmente, he comenzado mis estudios en el C.S.M. Rafael Orozco de Córdoba, en 1º de Cante Flamenco.
Esta experiencia me está ayudando a conocer el flamenco desde muchos puntos de vista, y estoy bastante emocionada y comprometida con ello. En Córdoba hay muy buenos maestros que pueden aportarle mucho a mi cante, y muchas experiencias que me están ayudando a enriquecerlo cada vez más.

Ojalá algún día, si Dios quiere, pueda hacer del flamenco mi profesión.


4. En entrevistas anteriores les he pedido a los/as artistas que dedicasen unas palabras a los/as jóvenes que están comenzando sus andaduras en el flamenco. Esta cuestión es especialmente interesante plantearla a una persona tan joven que se está abriendo camino. Por ello, Lucía, ¿cuál es la relación que tienes con otros/as artistas jóvenes? ¿Qué consejos o recomendaciones os hacéis? ¿Y cuáles os ofrecen los artistas ya consagrados/as?

La verdad es que tengo una relación muy buena con mis compañeros y amigos de este arte. Me gusta pasar mucho tiempo con ellos, ir a tertulias y compartir buenos ratos, escucharlos y verlos a todos.

En cuanto a los consejos y recomendaciones que nos hacemos entre los jóvenes, depende de la persona y su curiosidad. A mí me gusta mucho compartir letrillas, falsetas, debatir sobre estilos y formas del cante, conocer sus orígenes… En definitiva, compartir el conocimiento sobre algún cantaor o guitarrista interesante que nos pueda aportar.

El consejo más común quizás sea: “estudia y ensaya”, pero sobre todo, que encima del escenario hay que disfrutar y brindar al público todo lo aprendido.

De los artistas ya consagrados, recibí hace muy poquito un consejo de Ezequiel Benítez, que me decía que el flamenco no es nuestro, que es un regalo de Dios y que nuestra misión es disfrutarlo para transmitírselo al público de una manera bonita.
Qué otro consejo puede valer más que ese. Me gusta mucho escuchar a los artistas grandes, pero también a los humildes.


5. Háblanos de algunas anécdotas de tus actuaciones, de personas que hayas conocido y que hayan influido en tu carrera, o de lugares que han dejado huella en tu corazón y te gustaría volver a visitar.

Me han marcado muchas personas, porque me han visto crecer y yo he crecido con ellas. Por tanto, no sabría quedarme con ninguna en concreto.

Tengo especial cariño a la Directiva de la Peña Flamenca Curro de Utrera de La Guijarrosa y a sus respectivas parejas, por hacerme sentir su apoyo desde que empecé, en especial a Juan Carmona.

También a Julio Porcel, que forma parte de la Junta Directiva de la Peña Flamenca de Castro del Río, que es como un padre artístico para mí.
Y cómo no, a Casa de Sevilla en Córdoba, por apoyarme desde mis primeros pasos, y a sus presidentes por estar siempre ahí.

A los aficionados de la Peña Flamenca “El Mirabrás” de Fernán Núñez, y a su presidente Antonio, a los cuales admiro muchísimo.
De esta peña han salido muy buenos artistas, como Juani Marín, guitarrista excelente con el que he tenido la suerte de compartir muchos ensayos este verano, donde he podido aprender de su disciplina y disfrutar de su genialidad.

Hablando de guitarristas, otra persona a la que quiero y admiro es Luis Morillo, que es imprescindible para mí. Es un regalo de Dios poder tenerlo tan cerca.

Me marcaron mucho mis primeros pasos con mi primer maestro Manuel Sánchez “Arroyito Hijo” y su padre, cuando comencé en este mundo. También me aportó mucho Miguel del Pino cuando vine a Córdoba a aprender de él, donde además conocí a mucha gente nueva. Son vivencias y enseñanzas que, por muchas vueltas que dé la vida, no olvidaré jamás.

También soy una cantaora que quiere mucho al público. He tenido la suerte de conocer a muchas personas maravillosas, imposibles de no querer. Aquí cabrían muchísimas menciones más.

Y por último, aunque no menos importante, tengo muchas ganas de volver a la Peña Flamenca José Mercé de Chipiona, en la que hay aficionados a los que quiero y me quieren como si fuera de la familia.


6. En las próximas semanas se celebrará el Día del Flamenco, en el que las Peñas desarrollan proyectos de acercamiento a colegios e institutos. Dinos, Lucía, ¿cuál es tu opinión sobre el conocimiento del flamenco entre la juventud? ¿Piensas que habría que hacer algún esfuerzo en este sentido? ¿Cómo ves el futuro del flamenco entre los jóvenes?

Pienso, y no solo por los jóvenes, que cualquier persona ajena a este arte sabe poco de él, como es normal.
En mi opinión, conocer y reconocer la cultura y las tradiciones de cada pueblo es la base de toda sociedad que se precie.

Sin embargo, creo que brindar esas enseñanzas desde pequeños no va a hacer que haya más flamencos o aficionados. En mi caso personal, muchas veces me pregunto qué habría sido si no me gustase y me lo hubiesen querido imponer.

La música y el flamenco están ahí para todos, y nosotros tenemos que elegirlo a él, no él a nosotros.

En cuanto a los jóvenes que se dedican a ello —que son muchos— lo veo bastante positivo.
Pienso que la barrera la ponen algunos aficionados cerrados de mente, que no “puristas”. No me gusta que se confunda lo cerrado con lo puro, pero sí es verdad que deberían acabar con los tópicos que ellos mismos mantienen frente a la juventud.

El flamenco está en los que estamos y en los que vienen, como eco de lo que fuimos.
No dejar paso a la juventud sería como silenciar el eco de los grandes maestros, que quieren y deben seguir vivos. Ese es nuestro deber como jóvenes, mientras buscamos también nuestra personalidad.


7. Para finalizar, háblanos de tus anhelos e inquietudes. En definitiva, ¿cómo vives el flamenco? Y dedica, si quieres, unas palabras a los socios/as de las Peñas Flamencas.

Considero mi juventud y mi afición un gran punto de partida para seguir formándome y aprendiendo de mis maestros.
Como ya he dicho, para mí el flamenco es una forma de vida y una fuente de la que beber eternamente.

Gracias a los socios de las peñas por su tan alta labor, porque gracias a ellos hoy vive en boca de todos el arte del flamenco, que se fundamenta, ni más ni menos, que en las peñas.

Muchas gracias a ti, Rafa, por esta bonita oportunidad.

Gracias por todo, Lucía.